Hoy te vamos a aclarar todas las dudas.
Principalmente, se pueden clasificar los aceites en dos grandes grupos: aceites prensados en frío que se obtienen mediante procesos mecánicos y aceites refinados que se obtienen mediante procesos químicos. En el primer grupo podremos encontrar los aceites más naturales ya que no se usa ningún químico para obtenerlos. Es decir, no se someten a ningún otro tratamiento que no sea su lavado, decantación, centrifugado o filtración. En este grupo se encuentran los conocidos aceites vírgenes y extra vírgenes.
¿Pero cuál es la diferencia entre ellos?
Pues muy fácil, los aceites virgen extras, son los que más calidad tienen ya que están libres de defectos organolépticos y sus propiedades nutricionales permanecen intactas. Así se consigue un producto con extraordinarios beneficios y con un sabor intenso. Por otra parte, el aceite con calidad virgen, tendría algo menos de calidad ya que no llegaría al nivel de excelencia mencionado anteriormente, aunque sigue siendo rico en ácidos grasos esenciales, vitaminas y minerales. Aceites como el de oliva, aguacate, almendras, nuez y avellana suelen ser prensado en frío para mantener todas sus propiedades y sabor únicos.
Sin embargo, los aceites refinados son procesados mediante tratamientos químicos que eliminan los defectos organolépticos y permiten que se convierta en un alimento apto para el consumo humano. Estos procesos, suelen eliminar el color, el sabor, olor e impurezas resultando en un aceite prácticamente inocuo. Algunos ejemplos serían el aceite de girasol, palma, maíz, canola o cártamo.
“La mitad de los españoles consume aceite refinado”
Así pues, el aceite refinado es más económico que el virgen o virgen extra, por lo que más del 50% de la población española consume este tipo de aceites.
De este modo, podemos ver que hay varios tipos de aceites con calidades virgen extra, virgen y refinado.
¿Conocías las diferencias entre los tipos de aceites?